Pareciera inverosímil que el caer de la bombas sobre el Líbano pudiera ser escuchado desde España, que nuestra lejanía no nos diera el lujo de seguir con nuestros quehaceres diarios y asuntos endémicos, despreocupándonos así de lo que pudiere pasar, en palabras de Virginia Woolfm "En aquellas lejanas tierras, que siempre están en guerra", refiriéndose al polvorín étnico y religioso que era en aquel entonces los Balcanes, y que hoy observamos en el Líbano, producto; del complejo y frágil equilibrio religioso-étnico, su intricada posición geopolítica, y la crisis crónica que perdura desde su guerra civil (1975) y no parece pretender finalizar.

Sin embargo, contrario a lo que nos dicta el sentido común somos de las naciones europeas más próximas a todo lo que sucede en el Líbano, pues a este remoto territorio nos ligan 650 efectivos de las Fuerzas Armadas Españolas y la responsabilidad sobre el mando de 10.500 efectivos de 50 países, encargados de controlar la frontera junto al Ejército libanés, que constituyen del sector Este, uno de los dos sectores en que se divide la FINUL. Esta misión, establecida en 1978, surgió en respuesta a las repetidas invasiones israelíes y la necesidad de estabilizar un país que ha sido un epicentro de conflictos regionales.

La historia de la presencia española en Líbano se remonta a 2004 pero no es hasta 2006 cuando España durante, la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero, adquiere un papel protagonista en la región, en el marco de un conjunto de iniciativas destinadas a fomentar la cooperación entre las naciones de la región y abordar las raíces de la violencia, Diálogo Mediterráneo, este esfuerzo no solo buscaba estabilizar a Líbano, sino también reintegrar a España en el contexto internacional tras la retirada de las tropas de Irak; Zapatero buscaba reconciliarse con Estados Unidos y fortalecer las relaciones con la comunidad internacional, alineando a España con las iniciativas de paz y seguridad en el Mediterráneo.

La reciente  revitalización de las hostilidades entre Israel y Líbano, por el comportamiento desafiante y belicoso de Hezbolá, y la determinación Israelita a una guerra que, sin importar sus consecuencias, imponga una paz definitiva en  la región. Este hecho podría desembocar en tres escenarios diferentes:

1. Escenario de Escalada Militar:                                                                                                                                                                                
   • Si la situación se deteriora y se produce una escalada militar significativa, la FINUL (1) podría verse atrapada en medio de un conflicto abierto. Esto plantearía serios desafíos para la seguridad de las tropas españolas y podría llevar a una reevaluación de su mandato y operaciones. La comunidad internacional podría presionar para una respuesta más robusta, pero la intervención militar podría exacerbar las tensiones existentes.                                                                                          
2. Escenario de Diplomacia y Mediación:                                                                                                                                                                  
   • Si las partes involucradas optan por el diálogo y la mediación, España podría jugar un papel crucial en la facilitación de conversaciones. La experiencia española en misiones de paz y su posición dentro de la Unión Europea permitirían a España actuar como un puente entre las facciones libanesas y los actores externos, incluidos Estados Unidos e Irán.                 
3. Escenario de Estancamiento:                                                                                                                                                                                 
   • Un escenario de estancamiento, donde las hostilidades se mantengan a niveles bajos pero constantes, podría permitir que la FINUL continúe su trabajo de manera relativamente segura. Sin embargo, esto también podría llevar a un enfoque más limitado en la reconstrucción social y económica, afectando la percepción local de la misión y generando desconfianza hacia las fuerzas internacionales.

Papel de España

La presencia española en Líbano es vital no solo para la estabilidad de la región, sino también para el fortalecimiento de las relaciones transatlánticas y la proyección de España en el ámbito internacional. En un escenario de escalada, las tropas españolas podrían necesitar medidas de protección adicionales, y la misión podría reevaluarse, teniendo en cuenta el deseo de España de mantener una postura activa en el Mediterráneo.

1.- El 19 de marzo de 1978, cinco días después de que el Ejército israelí ocupara el sur del Líbano, el Consejo de Seguridad de la ONU creó, mediante la resolución 425, la Fuerza Interina de Naciones Unidas en Líbano